Izzy Admin
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| Tema: XOXOFUFU ~ One-Shot Lun Abr 27, 2009 7:38 am | |
| So........... Otro one-shot del mismo universo, pero la versión de Akazawa. Culpo enteramente a Plain White T's -por su inspiración- y a Hikaru -por alentarme a escribir y diversificar intereses haahah-.
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Xoxofufu
La primera vez que la vi, una encantadora niña de cabello rojo furioso, bajita, sonriente, hermosa, ella estaba con el grupo de chicos que odiaba. No sé por qué estaba con ellos, siempre discutía con el idiota ése, que no había más que mirarla como si fuera a comérsela. Eimi era irresistible, no podía evitar observarla desde el otro lado de la cancha, mientras jugábamos contra Rikkai Dai, discutir, gritar, gesticular con sus brazos delgados… Su cabello brillaba bajo la luz del sol. Hubiera dado cualquier cosa por lograr una chance de conocerla, al menos. Besarla. Pero era de Rikkai Dai y salía con el equipo de tenis. Estaba fuera de mi alcance. Mizuki sería capaz de… Bien… Pensándolo bien, Mizuki encontraría la forma de usar eso para el beneficio del equipo de tenis, pero, por una vez, no me parecía que eso fuera lo primordial. Cada vez que salíamos con mis amigos, esperaba verla, encontrarla de casualidad, alejada de su grupo por cualquier razón. Pero las pocas veces que la vi… Era como si el gato se hubiese tragado mi lengua. Me sentía tan idiota, demasiado idiota. Por qué me sentía inferior a ella? No tenía sentido. Nunca me había pasado antes con una chica –más bien, con ningún ser humano de mi entorno-, y eso sólo servía para alimentar mi curiosidad, mis ganas de hablarle, de besarla, de… Fue un viernes, sentado en la barra de Alife, con ella al lado bebiendo su Martín de manzana que yo había pagado, que me di cuenta de la razón por la que estaba tan atraído. Ella era La Chica. La chica para mí. Y ella tenía que saberlo. No había forma de que no lo notase. Si quería sonar imbécil y cursi, diría que era mi media naranja o algo igual de idiota. Pero podía sentirlo, lo creía. Suena estúpido, pero así era. Sólo quería que ella so supiese también. Cómo podría no saberlo? Eimi se quedó conmigo esa noche, hablando, bailando, y tomando. Estaba casi demasiado alcoholizada, pero yo también, y sólo podía pensar en agarrarla y…. y devorarle la boca de tal modo que no pudiera pensar en nadie más. Pero no lo hice. En algún momento, apareció Niou, y la arrebató de mis brazos mientras bailaba con ella. Hubiera empezado una pelea si Mizuki no hubiera decidido hacer su entrada triunfal en ese momento y arrastrarme hacia la mesa que ocupábamos los chicos de Saint Rudolph. Prudentemente lejos pero estratégicamente cercana a la de los de Rikkai Dai. Conseguí su teléfono –no era algo tan difícil de lograr con contactos y una lista tan larga de ex novios-, pero no la llamé. Había notado algo entre ella y Niou, una tensión diferente –“sexual!” como había marcado Shinya, pero sólo recibió un golpe en la nuca por su aporte-, y…. Sólo voy a decirlo una vez. Tuve miedo de que dijera que no. Pero… cómo podría decir que no cuando estaba destinada a estar conmigo, verdad? Bien, no quería comprobarlo. Durante los próximos años, sólo confié en verla de casualidad, quizás encontrarme con ella, y empezar a hablar. Cada vez que la veía, no podía evitar sentirme aturdido, por ella, por sus ojos negros, su sonrisa, su cuerpo perfecto, por toda ella. Era demasiado sensual. Seguía saliendo con los idiotas de Rikkai Dai, y había empezado a salir con el imbécil número uno. Sin embargo, era yo el que asistía a la misma universidad que ella, era yo el que compartía muchas de sus clases. Quería demostrarle que yo era mejor, quería que supiera lo bien que podría tratarla. Realmente la quería, y… hasta puedo llegar a admitir que me había enamorado de ella. Era demasiado perfecta para no hacerlo. No dije nada, soportando cada vez que sonreía porque el idiota la llamaba con estoicismo que nunca supe que tenía. Me asombraba a mí mismo. Pero… tenía miedo de que dijera que no. Parecía demasiado enamorada de Niou Masaharu. A veces, creía que era sólo yo el que se daba cuenta que se la pasaban discutiendo por idioteces, y me negaba a escuchar a Mizuki diciendo que seguramente era para mantener viva la pasión y que el sexo de reconciliación debía ser fantástico. Ya era perturbador que él dijera algo así, mucho más cuando involucraba a la chica que quería a una las personas que más odiaba en el mundo. Eimi no se daba cuenta de nada. Sonreía adorablemente cada vez que me veía en el aula, y –siempre llegando tarde- se acercaba a mí rápidamente y ocupaba el asiento a mi lado, comenzando a contarme su día y cada hora que no nos habíamos visto con detalles. Yo le sonreía, y disfrutaba cada palabra que decía sobre lo que fuera sólo porque era de ella y sólo porque estaba dirigida a mí. Todo cambió en la fiesta de cumpleaños de Sengoku. Ambos estábamos invitados, y ella fue con el idiota de su novio. Mágicamente, lo soporté tranquilamente, y pude saludarla sonriendo, normalmente. Pero acepté todos y cada uno de los vasos de alcohol que pasaron delante de mí. En pocos más de dos horas, no podría llamar un taxi porque no recordaría mi dirección o no podría decirla adecuadamente sin estallar en carcajadas. A mi favor, tengo que aclarar que, si no hubiera vuelto a cruzármela, nada hubiera sucedido. Así que es su culpa. Es cu culpa por acercarse a mí en el pasillo que llevaba al depósito cuando su novio se alejó a saludar a algún otro idiota. Había estado allí bebiendo durante la anterior media hora, ya que era un lugar apartado, solitario. Y ella decidió ir allí pese a todo. No sabía si era muy ingenua o… todo lo contrario. Pero no podía analizarlo en mi estado. “Yoshirou!” Llamó. Por el modo en que sus vocales se alargaban y se entrelazaban con las consonantes, supe que el nivel de alcohol en su sangre era bastante grande. Me encantaba como decía mi nombre. “Qué haces aquí solo, ne? Vamos a bailar!” Sonrió, agarrando mi mano que no sostenía el vaso de whisky. “Eimi.” Saludé, levantándome de mi asiento. El pasillo parecía repentinamente demasiado pequeño y demasiado… caliente. Su mano seguía alrededor de mi muñeca, sin tener idea de los pensamientos que se me cruzaban por la cabeza. “Vamos, no seas aburrido! Baila conmigo!” Me pidió. Suspiré como si fuera algo demasiado penoso, y dejé que me sacara de la barra. Sin embargo, trastabillé antes de dar otro paso –sin querer, o a propósito, daba igual-, y terminé apoyado contra ella, acorralándola contra la pared. Se sonrojó violentamente, pero no se apartó. “Yoshirou… Estás borracho!” Rió, como si fuera toda una revelación. Sonreí de lado, llevando una de mis manos de la pared a su cadera, testeando el terreno. Ella no la apartó. “Sí, lo estoy. Y tú?” Pregunté, moviendo la otra lentamente para apoderarse de su cadera. “No todavía. Pero voy a estarlo antes de que la noche termine!” Me aseguró, guiñándome un ojo. La tentación de arrancarle la ropa ahí mismo era demasiada. “Las niñas bonitas deberían vivir borrachas.” Dije como al pasar. “Así son más fáciles de llevar a la cama.” “Oye, qué estás insinuando, eh? Que soy fácil?” Demandó saber fingiendo seriedad, pero estaba sonriendo. “Y que quiero llevarte a la cama.” La besé, apretándome contra su cuerpo, llevándola completamente contra la pared, mientras mis manos paseaban a lo largo de los costados de su cuerpo, desde sus muslos hasta su cintura, sobre su vestido verde esmeralda ajustado de diseñador. Estaba demasiado sorprendida, pero, cuando estaba pensando en separarme y fingir que me desmayaba por el alcohol, empezó a responder. Abrió los labios, e introdujo su lengua dentro de mi boca, buscando controlar el beso. No la dejé, pero su intento fue deliciosamente estimulante. Pasó sus brazos alrededor de mi cuello, y enterró sus dedos en mi cabello, al mismo tiempo que entrelazaba sus piernas alrededor de mi cadera. Deslicé mis manos –en un movimiento mucho menos grácil de lo que esa palabra parece indicar- dentro de su vestido, acariciando la piel desnuda que tantas noches me había atormentado. Y era tan perfecta como había imaginado. Quise llevármela de allí, llevarla a mi casa, y hacerle el amor hasta perder el sentido. Era algo bastante sencillo de imaginar cuando la chica gemía suavemente mientras me besaba, y llevaba su mano decidida a mi entrepierna, moviéndola con experticia. Era demasiado seductora, tentadora. Pero tan pronto como comenzó, todo terminó. No tengo muy claro cómo, pero, de pronto, Eimi estaba en el suelo, con sus manos en mi pecho, besándome suavemente en los labios antes de marcharse. Probablemente a buscar a su novio. Y me había dejado a medias. Esa noche, tuve que recurrir a mi mano para aliviar tensiones. Pero no fue la última vez. Cada fiesta a la que ambos asistíamos, cada reunión en la que nos encontrábamos, el alcohol siempre resultaba una buena excusa para besarnos como si fuera el fin del mundo. Nunca pasaba de ahí. Y cada vez tenía que buscar alguna otra chica que se prestase. No era tan difícil, de todos modos, cuando uno era joven, atractivo, con dinero y un famoso tenista. Eimi amaba, adoraba, al imbécil de su novio. Pero, poco a poco, lo que fuera que sentía por mí iba creciendo. Poco a poco, cada vez le costaba más separarse de mí, y cada vez me dejaba llegar más lejos. Hasta que, una noche, no quiso detenerme más. Niou no se había presentado, vaya uno a saber por qué, y cuando le susurré en su oído lo mucho que la deseaba, lo mucho que quería llevarla a la cama, hacerle el amor, ella sólo asintió suavemente. “Llévame a tu casa.” Me pidió, con la voz más sexy que nunca le hubiese escuchado. Al día siguiente, desperté con su cuerpo desnudo abrazado al mío, acostados en el suelo de mi cuarto, junto a la cama completamente deshecha. Sólo recordaba la mitad de la noche, pero vaya mitad de noche. Nunca había tenido algo así con nadie. Por idiota que suene, no pude evitar sonreír ampliamente, y observarla dormir tranquilamente contra mi pecho. Arranqué con cuidado de no despertarla la frazada que había quedado colgando de mi cama, y no cubrí a ambos. Todo el cuarto estaba desordenado, dando muestras de lo que quizás yo no recordaba. Si nada cambiaba después de esta noche, tendría vívidas imágenes para recordarla. El cansancio llegó rápidamente, y me quedé dormido nuevamente, abrazándola con más fuerza. Hasta que algo me despertó. Un celular, precisamente, seguido por la ausencia de calor brusca a mi lado. Abrí los ojos suavemente, para encontrar una Eimi entre adormecida y nerviosa buscando su cartera. Suspiré, y me levanté para alcanzársela. Cómo habría llegado arriba de mi cajonera? Por cómo respondió, estaba seguro de que era Niou Eimi sonrió, todavía adormilada, mientras se sentaba sobre mi cama, y se taba con mis sábanas. Mis sábanas, tenía que remarcarlos. Y me sentí estúpidamente orgulloso. “En casa.” Mintió. No sólo me sentí orgulloso, sino que también victorioso. Escuché vagamente la voz del otro lado, y Eimi vaciló media fracción de segundo, antes de asegurar: “Desde luego!” Me senté a su lado, sólo para ver qué tanto habían cambiado las cosas. Ella no se apartó. “Estoy sola en casa.” Agregó, aunque no había razón para aclararlo. Del otro lado de la línea, se hizo silencio. Sabía que ella lo quería, y que se sentiría culpable para siempre. Pero también sabía que me quería a mí. Y sentí celos. La besé en la mejilla suavemente. La besé en el cuello con lentitud. Mientras Niou se despedía a las apuradas, la empujé con cuidado hasta que su espalda estuvo contra el colchón, y se puse sobre ella, con sus piernas entre las mías. Su cuerpo desnudo era toda una visión. Blanco inmaculado. Agarré su celular, lo cerré y lo dejé caer al suelo antes de besarla en los labios. Ella no se apartó y me abrazó, devolviéndome el beso suavemente. Me hizo sentir culpable a mí. “Eimi…” Dije suavemente, apoyando mi frente contra la suya. “No espero que lo dejes.” Aseguré. No era mentira. No totalmente. Y era lo que ella quería oír. “Sé que es tu novio, y sé que lo quieres. Pero también me quieres a mí.” Suspiré, algo que sólo ella había presenciado. “Voy a estar aquí cuando quieras, estés con Niou o no.” Puedes usarme, parecía que le aseguraba. Úsame, soy tu esclavo. Soy un imbécil
Última edición por Izzy el Sáb Mayo 02, 2009 6:00 am, editado 1 vez | |
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