File 7: Nika Hishima
Es casi imposible de creer la cantidad de personas que deja su auto sin llave.
Vamos!!! Una vez que necesito UN auto, todos resultan ser particularmente cuidadosos?! Son todos ZOMBIES! Nadie más que yo va a robar el auto! Malditos desgraciados hijos de su madre y la #$% de su hermana!!!
Después de caminar la cuarta vereda sin conseguir NI UN SOLO AUTO para requisar, estaba comenzando a alterarme. Qué les cuesta? UN SOLO AUTO QUIERO!
“Ya, tranquilízate!” Me espetó Gris de pronto, cuando, harta, le pegué una patada al Porsche Turbo 911 que estaba detenido frente a un hotel 5 estrellas. “No vas a conseguir nada más que romperte el pie. Rompe los vidrios!” Ofreció, y, para demostrarme, agarró una rama del suelo bastante gruesa, y la estrelló contra el parabrisas. Creo que solté una carcajada, pero no estoy segura.
No tardé en imitarla, mientras Chitose, Zaizen e Itoe caminaban detrás de nosotras a veces riéndose de nuestras acciones o conversando cosas “maduras” y “serias”. Yo no quería ser seria. Para nada. Quería ser la heroína dramática de mi película que salvaba a todos.
Continuamos caminando por algunas cuadras, deteniéndonos en un supermercado para conseguir comida. Llevamos los changuitos con nosotros, y una vez fuera, Zaizen se sumó a nuestras carreras de changuitos con Itoe. En el fondo, todos éramos niños perdidos.
Cuando el changuito que llevaba a Gris volcó –y ella rodó al menos seis metros sobre el suelo, todos nos detuvimos preocupados. Pero yo… yo estaba mirando frente a qué se había detenido.
“Saben?” Dije en voz alta, mirando alrededor. “Siempre quise manejar una patrulla de policía. Quiero ser Satsuki por un día!” Exclamé, dirigiéndome a la puerta de la comisaría.
“Nika! Eso… eso… está mal!” Se quejó Itoe, siguiéndome.
“Vamos, I-chan. No hay nadie! Sólo agarraremos la llave de una patrulla, para irnos a lo de Atobe, y una vez allí…. Veremos si hay alguien que la reclame para devolverla.” Ofrecí. “Siempre es así en las películas de zombies. Se roban autos!”
“La enana tiene razón.” Aceptó Zaizen, abriendo la puerta y entrando primero.
“Además…. Quizás esté Toukairin!” Me reí. Fanática como pocas de Taiho Shichauzo –Estás Arrestado!-.
Nadie opuso mucha más resistencia, y entramos.
Como era de esperarse, el lugar estaba vacío, y todos empezamos a revolver los cajones, en busca de las llaves, hablando en voz baja. Hasta que algo nos detuvo a todos en donde estábamos.
“…. –quí!!”
Alguien gritaba desde algún punto dentro del edificio, pero que no podíamos ver. Chitose fue el primero en reaccionar, y encendió todas las luces desde un interruptor.
“Aquí!! Ayuda!!!” Gritó de nuevo la voz.
“Los zombies no pueden hablar.” Solté bruscamente, quizás para convencerme a mí misma. Romero no me mentiría con esas cosas!!
“Díselo a esos…” Dijo Gris en voz baja, acercándose a mí. Ambas intentamos escuchar de dónde venía la voz, y decidimos que tenía que venir de abajo. Qué tenían todos con los subsuelos?!! No podían esconderse al aire libre?!
……. Aunque sea un oxímoron.
Zaizen se nos adelantó a todos, quejándose sobre idiotas sin cerebro y mocosas estúpidas que no comprendían la situación. Yo lo seguí rápidamente, aprovechando los pocos segundos en los que estuvimos solos para agarrarlo de la mano suavemente. Podía actuar como una chica normal en una día normal pero…. No lo era.
Él comprendió y me sonrió, pero fuimos interrumpidos por una exclamación de júbilo.
“Sí escucharon!!” Chilló una chica. “Ahora debes pagar!”
“Ya, ya… Idiota…” Masculló un chico sentado cruzado de brazos en la celda frente a la de la chica.
Ambos estaban………….. presos? Encerrados en celdas separadas.
“Oy, la pelirroja está buena, tú crees que sea fácil?” Preguntó el chico. Lo miré con el ceño fruncido, analizando su cabello rubio clarísimo y sus fantásticos ojos verdes. Era realmente lindo, con su barba de dos días y su actitud de sex symbol.
La chica, de cabello negro rizado y ojos celestes nos miró de pies a cabeza. “No. Parece el tipo de chica de sociedad que te patearía el trasero.” Se burló.
“Oh, fantástico. Nos tocan presos. No tenemos auto, pero sí presos.” Ironizó Gris. Yo me reí, no pude evitarlo.
“Oye! Señores Presos para ti!” Corrigió la chica. “O Lady Mae Narusegawa y Sir Taisuke Niou, en su defecto.”
“Deberíamos soltarlos…” Dijo Itoe con voz bajita, sabiendo que varios se opondrían. Era divertido verla así.
“Por algo están ahí, verdad? Mejor dejémoslos. Están más seguros que nosotros.” Sentenció Zaizen.
“Oye, pretty boy! Vas a dejarnos morir aquí?!” Protestó Mae, incorporándose de su lugar en el suelo en el medio de la tienda y acercándose a las rejas de su celda.
“Estarías cometiendo asesinato culposo, lo sabes, verdad?” Agregó Taisuke, encogiéndose de hombros y recostándose en el suelo con los brazos cruzados bajo su cabeza. Se parecía demasiado a Jack Sparrow para mi gusto.
“Takes one to know one.” Sentenció Zaizen. “Por algo debes saber qué cargo obtendría. De verdad quieren dejar sueltos a dos psicóticos que tranquilamente podrían ser asesinos con saña o violadores seriales.”
“Si fueran cargos tan graves no los hubiera dejado aquí.” Aseguré yo, ganándome más de una miradita de odio. “Qué?! Es cierto!” Me quejé.
“Ambos estamos aquí por robo, si tanto les interesa saber. Pero ahora estamos en un país prácticamente comunista! No existe la propiedad privada.” Rió la chica.
“Van a dejarnos libres o qué?” Demandó saber Taisuke, abriendo un ojo y mirándonos de lado. Definitivamente, estaba copiando a Jack Sparrow.
“Por qué no lo jugamos a piedra, papel o tijera?” Propuso Zaizen, pero seguramente era sólo para molestarlos. O al menos, eso me gustaría creer. No podría dejar a dos personas a morir de hambre, verdad?
Mae empezó a quejarse a los gritos indignada, bajo la mirada burlona de Taisuke, y Chitose decidió intervenir para tranquilizar a todos, agarrando el manojo de llaves que colgaba junto a las escaleras, y las arrojó dentro de la celda de Taisuke.
“Hagan lo que prefieran.” Sentenció, antes de subir las escaleras sin mirar atrás. Todos lo observamos algo sorprendidos, pero rápidamente, Itoe lo siguió, seguramente preocupada por lo que él acababa de presenciar. Zaizen los siguió, y Gris también. Yo les dirigí una sonrisa a ambos presos.
“Estamos buscando un auto. Son bienvenidos con nosotros so lo consideran necesario.” Expliqué.
De alguna forma, me sentía culpable de lo que había pasado en el salón de radio. Tenía la horrible sensación de que si yo me hubiera quedado, o Zaizen me hubiese llevado cuando entré en pánico… podría haber hecho algo. No quería que lo mismo sucediera con alguien más.
“Tú eres simpática. Puedes llamarme Mae.” Dijo la morocha con orgullo, quitando un mechón de cabello de su rostro con un movimiento brusco de su cabeza.
“Soy Nika.” Sonreí, y subí las escaleras, escuchando al chico probando las llaves en su celda y murmurando improperios cuando no encontraba la que iba.
Arriba, todos seguían buscando las llaves, y yo me uní a la búsqueda rápidamente.
En vano, porque no encontramos nada de nada.
Sólo tardamos quince minutos en reunirnos e ir afuera, esperando encontrar las llaves en algún otro auto. Sin éxito. Maldita gente precavida…
Me había rendido dentro de una patrulla-camioneta, y me dejé caer en el suelo frente al asiento de pasajeros. Hasta que…
“Colorada, así no va a funcionar.” Soltó una voz burlona por sobre mi cabeza. “Para eso hay que hacer magia.” Agregó, esta vez sonando a la misma distancia de mi oído. Cuando me giré para ver a Taisuke, el chico estaba inclinado bajo el volante del rodado, buscando vaya uno a saber qué.
“Qué estás haciendo?” Pregunté con curiosidad.
“Supuse que la princesa no tendría ni idea de qué es esto.” Se burló. Levantó el rostro para mirarme a los ojos y guiñarme un ojo. “Estoy haciendo arrancar el coche.” Explicó. “Estoy se aprende cuando quieres tomar prestado el auto de tus padres, pero ellos se niegan a ver las cosas desde tu punto de vista.” Agregó poco después, cuando la camioneta dio un pequeño ronroneo y se puso en marcha.
Taisuke se sentó sobre el asiento del conductor con aire triunfante, y me miró de arriba abajo. “A dónde vamos, Pumpkin Butt?” Preguntó, guiñando un ojo.
Yo me reí, encogiéndome de hombros, mientras me daba vuelta para bajar la ventanilla y llamar a mis amigos.
“Zaizen, I-chan, Gris, Chitose!” Exclamé. Los cuatro estaban a un par de metros delante, y se acercaron rápidamente cuando vieron que el auto estaba en marcha. Mae corrió también, como madre orgullosa de los logros de sus hijos.
”Vamos a llevarnos una patrulla?” Preguntó Itoe, pero no estaba juzgando. Sólo era curiosidad.
“Hasta podemos prender la sirena.” Dijo Taisuke, guiñándole un ojo a mi amiga a través del espejo retrovisor.
“Estoy comenzando a creer que tienes un tick con eso.” Comenté, mientras Mae, Chitose, Gris y Zaizen subían a la parte trasera del vehículo.
El me sonrió de lado, divertido. “Ése no es mi tick, cariño.”
“No?”
“No. Para saber cuál es mi tick tienes que besarme.” Sentenció.
Yo estallé en carcajadas, al tiempo que él apretaba el acelerador y arrancábamos a gran velocidad.
Era extraño, y quizás indebido, pero… tenía la seguridad de que todo estaría bien.
Tema: File 7: Nika Hishima 
Lun Mar 16, 2009 2:09 am
